Actualmente, la
docencia universitaria se
desenvuelve en un mundo privilegiado por el conocimiento, la comunicación y los
resultados. Tres aspectos que guardan
relación con la calidad
y la excelencia de un facilitador. Sin embargo, el último de ellos, es
decir el resultado, es el
que nos
lleva a reflexionar sobre la práctica educativa que se
ha venido adquiriendo en el acontecer de la
docencia.
De tal manera, este
escenario coloca en primera fila la necesidad de auténticos guías y maestros
para la acción. Así según Santos
(2008) en su modelo Retcambio, “un Aguima, al igual que un Águila,
es un auténtico ganador, uniendo inteligencias en el camino de lograr las
alturas de la EXCELENCIA. Como una persona auténtica se ha despojado del
síndrome del PAVO (presumido, altivo, vanidoso y orgulloso). Como un guía ha
alcanzado el ENDOLIDERAZGO (liderazgo personal) que le posibilita actuar en su
escenario público alineado congruentemente con su imagen personal. Como maestro
está comprometido en vivir lo que pide, con impecabilidad”. En este
sentido, el facilitador se compromete con la acción, y lo refleja a través de la audacia para
romper con las prácticas estériles y recurrentes de lo que todos hacen.
En esta
búsqueda de la excelencia, el facilitador pone
en práctica el paso del Águila, a
través del cambio de prácticas, con una mirada optimista
de la vida, haciendo lo máximo de lo mejor que podamos, obteniendo resultados
dramáticos (milagros) con los recursos disponibles. Traduciéndose todo
ello en prácticas educativas
eficientes, eficaces y por ende
efectivas. Por ello, en este contexto donde se demandan respuestas útiles, ante el cambio
de reglas. Somos gobernados por la información, la tecnología y la comunicación,
las que hacen ofertas y demandas de mejores
prácticas para entregar su poder
y posibilidades. Esto como obvias realidades de los facilitadores, califican a quienes cumplen o
no, lo cual posibilita la entrada
o el quedarse fuera de la mesa de las oportunidades.
Se trata pues, de
convertir el carácter, inteligencia y
competencias del facilitador en prácticas educativas creadoras o cerradoras de futuros, una llave
para abrir o no, aquellas oportunidades que pone a la disposición la puerta
global.
Por ello,
Santos (2008) expresa “que a
través de nuestro viaje por la vida encontramos las puertas de la oportunidad, reclamando
la llave de la preparación. Durante el viaje necesitaremos abrir aquellas
puertas que nos posibilitaran alcanzar nuestros propósitos, metas y resultados.
Algunas veces, en ese recorrido, se cerraran algunas y otras se abrirán. Saber
que puertas abrir, cuales evitar, demanda mapas en los que aclaremos nuestro
posición y lugar de destino”. De allí la
importancia, del Retcambio
Personal en el facilitador, como
programa diseñado para entrar al círculo de la excelencia a través de prácticas
y estándares diferenciadores. Teniendo
como eje central el mapeo, rediseño y desarrollo del carácter, la
inteligencia y competencias, las que son el insumo para acceder, desde nuestro
escenario personal, a los estándares del ciclo de la excelencia docente en
acción.
Este proceso
de excelencia en las prácticas
docentes recorre a través de cuatro
etapas fundamentales en el quehacer del
facilitador: ENDOLIDERAZGO, la preparación para adquirir condición
competitiva y liderazgo personal frente a nuestras obvias realidades, que van desde la
actualización y formación
para enfrentar los
cambios y transformaciones que se
presentan día a día
en el escenario
universitario. ARTICULACION, el diseño y creación de posibilidades,
es saber entonces cómo lo voy
a hacer, con qué cuento, qué
necesito, es ir más allá
de la reflexión, es poner en práctica
la creatividad ubicándonos
siempre en el aquí y en el ahora. EMPRENDIMIENTO la acción y cumplimiento de compromisos
en nuestro escenario público, esto permitirá
trasladar la práctica
docente a través
de las funciones universitarias, es decir
no quedarse en un único espacio
de aprendizaje, entender que
hay un compromiso con la
sociedad a través de la investigación y la
extensión.
Por último el PROTAGONISMO la conquista de las mayores
alturas en el nivel transpersonal, un cambio que rompe con el sentido común de
las prácticas tradicionales, demanda pensar a la par de la acción, abandonar la
queja y conversar sobre posibilidades, responder frente a la duda, generar
nuevas prácticas útiles, construir ofertas que seduzcan, producir satisfacción
siempre, creando y ampliando redes de oportunidades. Una invitación a salir del
síndrome del avestruz, que en su ceguera cognitiva termina entregando su poder,
al encerrarse en su círculo de comodidad, sin saber que con ello entrega su
futuro, a su depredador, quien no tendrá la más mínima duda de comérselo, para
continuar un día más vivo.
Esta
condición engendra el sentido
de la apertura de
investigaciones cónsonas con el
entorno cambiante, y
trabajos de extensión
universitaria con verdaderos aportes
valiosos donde a través
de la participación de
todos los actores universitarios se enriquece
el proceso de la práctica
educativa, creando el derecho de ser
diferente y creativo
en las temáticas investigativas, de docencia
y extensión manteniendo impecabilidad
profesional a partir del respeto de los
diferentes puntos de vistas
que pueden generarse
en cada escenario.
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